Benedetta Bartini la top de los 60 descubierta por Vreeland y la preferida del fotógrafo Irving Penn ha sido la fuente de inspiración de la colección que propone Antonio Marras para el próximo Otoño-Invierno. Benedetta fue la encargada de cerrar el desfile con un paso muy lento desprendiendo elegancia y sobriedad por todos los rincones.

Mi impresión al llegar el emplazamiento del desfile fue atónita, no entendía cómo Marras (Conociendo sus desfiles anteriores) podía presentar su colección en un garaje… Pero nada mas pasar el umbral de la puerta lo entendí todo, todas las paredes se cubrieron con paramentos de estilo rococó, de las planchas de acero del techo colgaban lámparas de lágrimas de cristal y todo el pavimento de hormigón visto (Propio de un garaje) se cubrió con alfombras persas, unas sobre otras, el resultado fue sublime, para crear mas atmósfera toda la sala se bañó con olor a rosas antiguas. Estaba claro que la nueva colección de Marras sería una vuelta a un pasado medieval. Tejidos muy elaborados, con brocados en oro sobre terciopelo dieron la entrada. Abrigos de corte “coocoon” en tonos muy dulces inundaron la sala, encaje en color piel, y pelo, muchísimo pelo en complementos o en partes estratégicas de las prendas, como bolsillos. Tops de seda, patrones gráficos y grandes jerséis estampados combinados con pantalones marcaron la nueva propuesta del diseñador.