Se ha convertido en la prenda más deseada para el verano.

Los trajes de baño han destronado a los bikinis  y trikinis, ahora somos más prácticas y los diseños actuales son muy favorecedores. Además, se pueden combinar con prendas y utilizar en forma de body.

Sus diseños se adaptan a las tendencias del verano, así podemos escoger bañadores sin miedo a perder el estilo. ¡Yo me he hecho adicta!

Todas las marcas low-cost tienen en sus colecciones varias propuestas de baño. Algunas son muy baywatch, recordando a la mítica serie de los Vigilantes de la Playa.

El trikini fue protagonista en las tendencias de veranos anteriores, ahora es el turno del bañador.

Está causando furor y todas queremos tener aunque sea uno en nuestro vestidor. Si echáis un vistazo a las cuentas de Instagram, veréis que la prenda más sonada es el bañador, queda muy trendy y estiliza al máximo. Da igual la figura que tengamos, tanto si queremos ocultar como realzar, son perfectos.

Estando embarazada me hice con varios bañadores, son más cómodos y su diseño es muy favorecedor en esa etapa.

Es una prenda muy femenina y permite estirar el look para llevarla todo el día.

Otra de las ventajas de optar por un swimsuit es que se puede jugar con los outfits en vacaciones. Como si se tratase de un body, si añadimos un pantalón o una falda, ya tendríamos el conjunto creado. Así, estaremos listas para todo un día de playa, pasear, comer en algún restaurante para tomar un descanso entre baño y baño…

Eso sí, no es la mejor prenda para tomar el sol, ya que aparecerán marcas no deseadas en nuestro bronceado. Sin embargo, es perfecto para esos días de vacaciones en los que después de la jornada de playa queremos ir a un chill out o dar una vuelta al atardecer.